Autores como Paffenbarger et al. valoraron el gasto energético a través de la cuantificación de las calorías consumidas en actividades como andar, subir escaleras y práctica de deportes de ocio y como este gasto energético es inversamente proporcional al riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y otras causas de mortalidad y directamente proporcional al aumento de la longevidad. Paffenbarger pasó varias décadas estudiando los niveles de ejercicio físico, las enfermedades y las muertes de más de 50.000 personas que se habían graduado por la universidad de Harvard o de Pennsylvania entre 1916 y 1950.
En el trabajo presentado en 1978 en el American Journal of Epidemioloy se resume el seguimiento efectuado a 1936 alumnos varones de la Universidad de Harvard entre los años 1939 y 1950 y queda demostrada la relación beneficiosa entre la actividad física y el menos riesgo de padecer enfermedad cardiovascular (1).
En el artículo más importante del autor publicado en 1986, en el que continua estudiando la misma muestra de alumnos que en 1978, Paffenbarger afirma que el riesgo de muerte es mayor entre los hombres fumadores y sendentarios. Esta afirmación que hoy nos parece obvia, necesitó de un estudio longitudinal de la envergadura que podemos comprobar para ser constadatada. Para una edad de 80 años, la cantidad de vida adicional atribuible al ejercicio adecuado, con respecto a los hombres sedentarios, es de entre 1 y 2 años (2).
Por último, en 1993 el autor, continuando con el estudio longitudinal comenzado con los alumnos de Harvard, afirma que a los hombres con la hipertensión recientemente diagnosticada tenían un riesgo más bajo de muerte que los que padecían hipertensión a largo plazo; igualmente ocurría con el diagnóstico de la presión arterial, el mantenimiento de la masa magra del cuerpo fue asociado a un índice de mortalidad más bajo que la obesidad.
Las conclusiones del estudio son que «realizar actividad física moderada a vigorosa, abandonar el hábito del tabaquismo, mantener la presión arterial normal y evitar la obesidad fueron asociados por separado a índices más bajos de muerte y enfermedad cardíaca coronaria entre hombres de mediana edad y ancianos (3).
En los años 90, los estudios de este autor demuestran que personas entre 45 y 54 años que comiencen a hacer ejercicio pueden esperar vivir 10 meses más que sus pares sendentarios.
El Dr Paffenbarger, que era un hombre sedentario, comenzó a practicar ejercicio físico, completando varias maratones en su vida. Al respecto afirmó: «A la segunda semana, me enganché. Encontré el ejercicio vigorizante. Además podía encontrarme con mis pensamientos y mis conflictos ordenando ideas, resolviendo problemas y encontrando las soluciones» (3).
Hábitos deportivos de los españoles
Deberíamos suponer que si la actividad física es buena para la salud y esta idea está debidamente difundida, todo el mundo estará haciendo ejercicio físico por todas partes. Sin embargo, la realidad es muy diferente. ¿Cuántas personas hacen ejercicio físico en España?
Desde el 1975 se publica en el ámbito nacional una encuesta sobre los hábitos deportivos de los españoles dirigida por el profesor García Ferrando que muestra la evolución de los hábitos de los españoles con relación a la actividad física y el deporte (4).
¿Cuántos españoles hacen deporte? El profesor García Ferrando emplea el término deporte para referirse a cualquier forma de actividad física, con objeto de que las encuestas sean mejor comprendidas por personas ajenas a la terminología específica (4).
Para una franja de población de 15 a 65 años el porcentaje de personas que practican alguna actividad física es:
AÑO | 2005 | 2000 | 1995 | 1990 | 1985 | 1980 | 1975 |
Práctica deportiva (%) | 40 | 38 | 39 | 35 | 34 | 25 | 22 |
El primer dato significativo es que tan solo 4 de cada 10 españoles hace deporte. En segundo lugar, es importante reconocer que este porcentaje está prácticamente estabilizado desde la encuesta de 1995, hace 15 años (4).
Podemos afirmar que probablemente sea tan importante como saber prescribir ejercicio correctamente, como desarrollar las herramientas motivacionales adecuadas para acercar a ese 60% restante al ejercicio físico. No basta con saberlo todo sobre como hacer crecer un músculo o preparar una carrera popular, es necesario que los profesionales de la actividad física se provean de estrategias de adhesión al ejercicio.
Conclusión
Como podemos ver los beneficios de practicar deporte y actividad física están constatados científicamente desde años atrás, gracias a estudios de investigación longitudinales como el del Doctor Paffenbarger y colaboradores. Por lo que la práctica de actividad física de forma asidua y controlada por un profesional del ámbito nos ayudará a mantener un mayor bienestar y un estilo de vida saludable.
La práctica de actividad física y deportiva en España ha evolucionado en los últimos años, estudios sociológicos de autores como García Ferrando, nos dicen que tan solo 4 de cada 10 españoles hace deporte, dato estabilizado desde la encuesta de 1995. No obstante el aumento es significativo, y poco a poco cada vez más porcentaje de la sociedad de nuestro país se anima a adentrarse en el estilo de vida saludable, practicando ejercicio y deporte de forma asidua.
Bibliografía
- Paffenbarger, R. S., et al. (1978). Physical activity as an index of heart attack risk in college alumni. American Journal of Epidemioloy, 108(3), 161-75.
- Paffenbarger, R. S. et al. (1986). Physical activituy, all-cause mortality, and longevity of college alumni. N Engl Journal Med, 314(19), 605-13.
- Paffenbarger, R. S., et al. (1993). The association of changes in physical-activity level and other lifestyle characteristics with mortality among men. N England Journal Med, 328(8), 574-576.
- Garfía Ferrando, M. (2006) Postmodernidad y deporte: entre la individualización y la masificación: encuesta sobre hábitos deportivos de los españoles, Consejo Superior de Deportes-CIS.