Al momento de realizar una actividad o algo que tienes planeado, primero debes empezar por identificar los riesgos a los cuales te vas a enfrentar.
Cada riesgo debe manejarse de manera diferente, para evitar el estrés y la tensión innecesaria. Por ejemplo, tomar riesgos financieros es muy diferente a tomar riesgos emocionales o riesgos físicos. Con esto nos referimos a diferentes tipos de decisiones, pero al final, todos llevan a una misma consecuencia, que son los problemas.
Cuando no sabes cómo manejar la toma de decisiones en cuanto a los riesgos que vas a tomar, pueden «nublar» tu mente provocando una parálisis de análisis por un período de tiempo indefinido. Para prevenir esto, descubre cómo hacer más fácil la toma de decisiones arriesgadas y aprende a identificar estos tipos de problemas.
Cómo tomar decisiones arriesgadas
1. Identifica el tipo de riesgo
Existen tres tipos de riesgos: emocional, físico y financiero. Simplificar estos problemas te ayudarán a resolverlos con más calma y con menos estrés.
Por lo general, estos tipos de problemas se resuelven preguntándose a sí mismo a qué tipo de riesgos se enfrenta uno. ¿Es una limpieza emocional? ¿Es una recuperación física? ¿Necesitas dinero para pagar unas deudas? A partir de este tipo de preguntas encontrarás el camino a la solución.
2. Pregúntate que quieres lograr
Después de identificar a qué tipo de riesgos te enfrentas, debes preguntarte que quieres lograr con los riesgos que estás tomando. Estos ejemplos te pueden ayudar:
- Riesgo emocional: el objetivo es a menudo conectarse emocionalmente con otras personas. A veces se toman acciones desde un lugar de protección que es realmente contraproducente a lo que se quiere lograr, haciendo más difícil cumplir los objetivos.
- Riesgo financiero: el objetivo puede ser generar más efectivo, mientras se mantiene tanto dinero como sea posible.
- Riesgo físico: el objetivo puede ser disfrutar de ciertas actividades sin sufrir lesiones.
Una vez que identifiques tu objetivo, tienes la oportunidad de ver cuál es tu plan y eliminar acciones o comportamientos que se basan en el miedo y son contraproducentes para lograr su objetivo.
3. Comprueba si estás cumpliendo con lo establecido
Al momento de verificar si estás tratando los tres tipos de riesgos por igual, debes utilizar herramientas que te ayude en el proceso. En este caso es verificando tú mismo si estás cumpliendo con el objetivo establecido.
Cuando se habla de riesgos emocionales, trata de ser auténtico, vulnerable y trata de permanecer en el presente mientras disfrutas del proceso.
Cuando se trata de riesgos financieros, trata de calcular los gastos, de pensar en el futuro y tratar de no abusar al momento de gastos innecesarios.
4. Mantén el enfoque y segmenta por pasos
Puede ser muy estresante cuando te enfrentas a diferentes tipos de riegos, sobre todo si estos ocurren al mismo tiempo. Por eso, debes tratar de afrontar estos problemas de forma simple y eligiendo uno a la vez.
Comienza por identificar los riesgos, selecciona uno, observa las acciones que realizas para resolverlos y, al final, pregúntate a ti mismo, si estás resolviendo estos problemas de la mejor forma.
Debes confiar en que puedes manejar cualquier consecuencia y tratar de resolver los problemas de forma precavida.
Conclusión
Existen tres tipos de riesgos, el emocional, financiero y físico. Cada uno de ellos es muy diferente al otro, pero si todos se juntan pueden hacer de un verdadero «dolor de cabeza». Por eso, debes aprender a identificar los tipos de riesgos y afrontarlos de forma separada: así podrás solucionar tus problemas de forma más fácil y con menos estrés.
Referencias
- Samira, F. How to Make Your Risky Decisions Incredibly Simple. Para Inc [Revisado en marzo del 2019].
