Las bicicletas eléctricas o «E-Bikes» están aquí para quedarse, y no momentáneamente. Por supuesto, no todos están contentos con esto, debido a que no requieren del esfuerzo mecánico que ofrece el cuerpo.
Para aquellos que aún no han subido a bordo de una bicicleta eléctrica asistida por motor, se trata de bicicletas regulares con una “asistencia de pedal” a batería. Es decir, cuando montas y empujas los pedales, un motor pequeño se activa y le da un impulso. Esto te sirve para que puedas subir colinas con una mochila cargada o viajar por un terreno desafiante sin desgastarte físicamente.
Ahora bien, la cuestión es que esta herramienta es, de hecho, positiva. Y sí, a pesar de que los críticos que proclaman al ciclismo electrónico como «hacer trampa», las bicicletas eléctricas cuentan como ejercicio físico. Descubre por qué.
5 beneficios de las bicicletas eléctricas
1. Aumenta tu ritmo cardíaco igual que andar
Una investigación que comparan la energía utilizada para pedalear una bicicleta normal frente a una bicicleta eléctrica han encontrado que la diferencia es similar a la que hay entre correr y caminar enérgicamente.
En este sentido, montar una bicicleta normal generalmente se considera un ejercicio vigoroso: y es que quema entre 430 y 560 calorías por hora en una persona de 70 kilogramos, suponiendo que vaya por lo menos de 15 a 25 km/h. Sin embargo, no es de sorprender que andar en una bicicleta eléctrica de pedaleo, consuma aproximadamente la mitad de la energía (aproximadamente 280 calorías por hora para ese mismo). Es decir, la misma quema de calorías equivalente a caminar enérgicamente. (Berntsen, Malnes, Langåker y Bere, 2017).
Dependiendo de la dificultad con la que conduzcas, si llevas una carga o qué configuración de energía usa (las configuraciones bajas o económicas requieren más energía humana que alta o turbo), puedes quemar hasta 390 calorías por hora. Ahora bien, en esta comparación directa para un viaje de ida y vuelta de 2 km hacia y desde la oficina, el esfuerzo relativo que habrás de empeñar será mucho menor en una bicicleta eléctrica aplicando cualquiera de sus dos configuraciones más altas.
Para adquirir mejores resultados, más parecidos al ejercicio con una bicicleta normal, podrías ajustar la asistencia del pedal a uno más bajo y así sentir notablemente el impacto físico. Esto hará que tu ritmo cardíaco aumente y tus músculos sientan la actividad.
2. Te ayuda a ser menos sedentario
Obtener una bicicleta eléctrica puede aumentar significativamente la frecuencia con la que viajas. Esto fue descubierto en un estudio en ciclistas que emplearon este tipo de bicicletas.
Antes de ser dueño de una bicicleta eléctrica, el 55% de los encuestados dijo que viajaba a diario o semanalmente. Pero, después de obtener una, ese número aumentó a un 91% a diario o semanal. Más sorprendente aún, el 94% de los no ciclistas viajaban diaria o semanalmente después de obtener una bicicleta eléctrica, dejando incluso de lado el coche.
3. Proporciona beneficios para la salud
Los beneficios para la salud del ciclismo electrónico son significativos. Para ejemplificarlo, en un estudio, cuando los investigadores de la Universidad de Colorado dieron bicicletas eléctricas a personas inactivas y les dijeron que viajaran un mínimo de 40 minutos al día, tres días a la semana, los voluntarios hicieron ejercicio más allá del mínimo, mejorando así la condición física, disminuyendo el azúcar en la sangre, e incluso bajando algunos kilos de más (Peterman, Morris, Kram y Byrnes, 2016).
4. Te permite desarrollar tanta resistencia como andando
Montar una bicicleta eléctrica en un modo de potencia más baja te permite posicionar tu ritmo cardíaco en una zona de desarrollo de resistencia constante, al mismo tiempo que cubres mucho más terreno del que normalmente conseguirías con una bicicleta mecánica cuando intentas conservar tu ritmo cardíaco bajo.
5. Puedes utilizarla los días de recuperación física
¿Destrozado por todo el esfuerzo físico de días anteriores? No tienes que quedarte en el sofá mientras tu cuerpo se recupera adecuadamente. Incluso si vives en las lugares con subidas empinadas o rectas pronunciadas, puedes salir y dar un paseo con tu bicicleta eléctrica para recuperarte.
Solo tienes que dejar que este maravillosa herramienta haga todo el trabajo y de vez en cuando dar algunos pedaleos para hacer fluir la circulación de la sangre y así oxigenarte mejor. Es un excelente plan para pasar los días durante el desgaste físico entre competencias o rutas.
Referencia
- Berntsen, S., Malnes, L., Langåker, A. y Bere, E. Physical activity when riding an electric assisted bicycle. The International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity. doi: 10.1186/s12966-017-0513-z
- Peterman, J. E., Morris, K. L., Kram, R. y Byrnes, W. C. (2016). Pedelecs as a physically active transportation mode. European Journal of Applied Physiology. doi: 10.1007/s00421-016-3408-9.