Son muchos los inconvenientes a la hora de salir con la bici a pasear o a hacer deporte. El mal tiempo es, sin duda, uno de ellos, pero también podemos mencionar el peligro existente al compartir algunos trayectos con vehículos a motor. Asimismo, la falta de tiempo o la comodidad de estar en casa nos tientan muchas veces a no salir y a quedarnos disfrutando de esta necesaria tranquilidad. Sea cual sea tu caso, podemos ofrecerte una solución para tumbar cualquiera de las excusas anteriores: el rodillo de bicicleta. Se trata de una herramienta que te acerca al ciclismo a la vez que elimina cualquier imprevisto que se te pueda presentar cuando te has propuesto montar en bici.
Un rodillo de bicicleta: qué es
Un rodillo de bicicleta es un elemento muy práctico que da la oportunidad a cualquier persona de fijar este vehículo para que pueda usarse como si fuera una bicicleta estática. Estos rodillos permiten usar la bicicleta dentro de casa mientras se lleva a cabo un entrenamiento muy semejante al que se desarrollaría en carretera. No encontrarás ninguna razón por la que no entrenar, aunque llueva, apenas tengas tiempo o temas a los factores externos que puedan afectar a tu seguridad en la bicicleta.
Sin embargo, teniendo en cuenta que existen muchos modelos, elegir el que mejor se adapte a tus necesidades no es sencillo. Hay modelos de gama alta o complejos y otros más sencillos. Además, los rodillos de bicicleta se dividen en dos grandes grupos: de caballete o fijos y de rulo o equilibrio. Los primeros se pueden subdividir en diversos tipos dependiendo de qué tipo de sistema de resistencia al pedaleo utilicen, mientras que los segundos cuentan con un armazón en forma de dos uves invertidas.
Tipos de rodillo de bicicleta
Existen rodillos de bicicletas cuyo funcionamiento depende de un sistema de imanes. Sin embargo, otros cuentan con una tecnología más avanzada como un regulador automático o un marcador electrónico. Asimismo, hay otras características a las que se debe prestar atención a la hora de adquirir un rodillo de bicicleta sea del tipo que sea. Entre ellos se encuentran el ruido que este produce durante su funcionamiento, el precio, la pantalla electrónica, los datos que es capaz de almacenar y el número de sesiones de entrenamiento.

Rodillo de bicicleta magnético
Si buscas el rodillo de bicicleta más económico, este es el tuyo. De hecho, es uno de los más vendidos. Se trata de un rodillo fijo con forma de caballete, en el cual se fija la rueda trasera de la bicicleta. Destacan, también, porque son muy cómodos a la hora de guardarlos, pues se pliegan.
Este rodillo de bicicleta funciona con un sistema de imanes. De esta forma, crea fricción sobre la rueda, provocando la resistencia que se busca a la hora de pedalear. El nivel de resistencia puede regularse en función del esfuerzo que se quiera llevar a cabo en cada momento. Basta con usar la palanca situada en la parte inferior de este elemento. Además, cuenta con un ventilador.
Por otra parte, se trata de un producto más ruidoso que otros que cumplen con la misma función. Este hecho debe tenerse en cuenta a la hora de su adquisición, ya que puede afectar a las personas con las que convivas o a aquellas que tienes cerca.
Rodillo de equilibrio
Respecto al rodillo de equilibrio, hay que decir que es el más sencillo que se puede encontrar en el mercado. Se trata de un armazón horizontal que cuenta con tres rulos sobre los que se coloca la bicicleta y se apoya directamente en el suelo. De esta manera, su funcionamiento depende del equilibrio y de la habilidad del ciclista que lo use.
Este aparato ofrece una experiencia muy semejante a la que se vive cuando se viaja en bicicleta por la carretera. Asimismo, hay que tener en cuenta que no posee regulador de resistencia. De este modo, no da la oportunidad de llevar a cabo un entrenamiento de series, solamente de calentamiento.

Rodillo fluido
Es un rodillo de bicicleta muy parecido al magnético. Ahora, la resistencia al pedaleo no se desarrolla a través de los imanes, sino mediante un fluido que se encuentra en el propio rodillo. Lo habitual es que sea aceite, aunque algunos rodillos, en este caso, cuentan con agua. Son los llamados rodillos hidráulicos de entrenamiento.
Asimismo, entre las diferencias que existen en relación con el rodillo magnético, se encuentra que este no posee una palanca de regulación. Por ello, es el propio deportista el que se encarga de regular la resistencia a través del propio pedaleo.
Rodillo de transmisión directa
En este caso, estamos hablando de rodillos de bicicleta fluidos. Ahora, en este modelo se engancha la rueda en la cadena de la bicicleta de manera directa. Así, la resistencia es más realista. Su sistema es muy silencioso. Es más, el sonido que produce es muy similar al que hacen los pedales y la cadena cuando se circula por la vía pública. Por otro lado, hay que tener en cuenta que no es plegable, por lo que es más difícil de guardar.
Rodillo inteligente
Puede ser tanto un rodillo de bicicleta de transmisión directa como fluido. La diferencia es que presume de una conexión digital mediante bluetooth o Wi-Fi que permite su uso mediante una app o con cualquier dispositivo electrónico para hacer deporte. De este modo, guardar el historial con cada uno de los entrenamientos será muy sencillo. Teniendo en cuenta lo anterior, el precio es superior al resto de modelos.