El físico, cada vez un papel más importante en el fútbol

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El deporte rey se está convirtiendo en un juego donde los recursos físicos cobran una mayor relevancia, pues hay más transiciones o acciones que necesitan de un mayor despliegue para los futbolistas.

Desde hace un tiempo el apartado físico es fundamental en deportes de élite en los que quizás antes no tenía tanta importancia. Un gran ejemplo de ello es el fútbol, donde cada vez es más relevante que los futbolistas aguanten a un alto ritmo de juego para ser determinantes y llegar al éxito.

El cambio del juego

En la última década el fútbol ha vivido un cambio de estilo o juego determinante. A principios de los 2010 se imponía un fútbol vistoso, de toque y en el que el balón era el que debía correr más rápido. El FC Barcelona y la selección española lograron hitos increíbles gracias a unos modelos que servían de ejemplo para otros muchos equipos.

Sin embargo, desde entonces la tendencia hacia un juego más físico se ha ido acrecentando y ahora es primordial el trabajo fuera del campo para que los futbolistas destaquen. En esa línea, se está perdiendo un poco la calidad individual y el talento innato, algo que se suple con mejoras tácticas y físicas que equilibran los partidos mucho más. Las genialidades individuales de otras épocas escasean en un juego donde cada vez hay que correr más kilómetros y a mayor intensidad.

Como generalmente, cuando un equipo está replegado hay muy poco espacio y es difícil hacerle ocasiones, las transiciones se han convertido en una de las principales bazas para hacer daño al rival. Por ello es primordial que sea cual sea el momento del partido, un equipo disponga de tres o cuatro hombres con faceta ofensiva que puedan romper líneas con conducciones rápidas y directas hacia la portería rival para así sorprender y tener opciones de marcar un gol.

La potencia de Haaland o la aceleración de Mbappé

Quitando algunas excepciones, los nuevos jugadores categorizados como los mejores del mundo destacan en parte por tener un físico prodigioso.

Uno de los principales ejemplos en este sentido lo podríamos tomar del joven noruego Erling Haaland. El delantero centro del Manchester City está rompiendo todos los récords goleadores de la Premier League en parte por su tremenda zancada y velocidad punta con la que ataca los espacios rivales, aparte de una voracidad anotadora que le colocan como una gran opción entre las apuestas en directo de la liga inglesa.

Pero también tenemos otros ejemplos como Kylian Mbappé, Vinícius Junior o Jamal Musiala como jugadores con mucho físico y que son capaces de arrancar una y otra vez para marcharse de sus rivales. A todos ellos les acompaña una calidad impoluta, además de otros aspectos, pero sin ese poderío en las piernas seguramente sus actuaciones se limitarían a 60 minutos en vez de a 90.

En definitiva, el cambio de estilo que hemos vivido en los últimos años en el fútbol ha hecho que el juego sea cada vez más físico y que eso haya hecho que los nuevos jóvenes llamados a liderar la pelea por las mejores gestas en Europa tengan esa punta de velocidad y capacidad de resistencia que seguramente antes no existía tanto en este deporte.

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