¿No es cierto que se nos hace la boca agua cuando tenemos la intención de comprar fruta y verdura online y observamos la atrayente fotografía de una brillante mandarina?
¿Quién se resiste a la tentación de comprar mandarinas cuando su aspecto es terso, brillante y de un color naranja intenso?
La respuesta correcta a las dos preguntas anteriores es que pocas personas le hacen ascos a una mandarina, siempre que esté en su punto de madurez y jugosidad.
Beneficios de la mandarina
Pero existen muchos más motivos para incluir mandarinas en nuestra dieta habitual. Con que los conozcamos, junto con una dieta de pérdida de peso cuya protagonista es, precisamente, la mandarina.
Un cítrico repleto de sustancias micronutrientes
A pesar de su pequeño tamaño en comparación con otros cítricos, como las naranjas y los pomelos, las mandarinas son muy ricas en nutrientes y bajas en calorías.
Esta es la composición nutricional de una mandarina de tamaño medio (unos 90 gramos):
- Calorías: 47
- Carbohidratos: 12 gramos
- Fibra: 2 gramos
- Proteínas: 0,7 gramos
- Grasa: 0 gramos
- Vitamina C: 26% de la ingesta diaria recomendada
- Vitamina A: 3% de la ingesta diaria recomendada
- Potasio: 3% de la ingesta diaria recomendada
Es decir, las mandarinas son una gran fuente de vitamina C, un micronutriente directamente implicado en el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Además, las mandarinas son también una de las fuentes más concentradas de beta criptoxantina, un antioxidante precursor de la vitamina A en el organismo. Esta sustancia es la responsable de que las mandarinas y naranjas sean de este último color.
Finalmente, las mandarinas aportan pequeñas cantidades de vitaminas B1, B6 y B9.
Alto contenido en antioxidantes
Este fruto destacada por su alto contenido en sustancias antioxidantes. Los antioxidantes protegen el organismo neutralizando los efectos nocivos del estrés oxidativo, causado por la acumulación de radicales libres.
Estas moléculas dañinas están implicadas en el desarrollo de enfermedades crónicas como las cardiopatías, los trastornos reumáticos y algunos tipos de cáncer.
El consumo de habitual de mandarinas refuerza la inmunidad
La vitamina C de las mandarinas ayudar al sistema inmunitario a combatir virus y bacterias.
Los estudios científicos demuestran que la vitamina C actúa sobre las células T, un tipo de glóbulos blancos que atacan a los microorganismos externos causantes de las infecciones.
Además, la vitamina C estimula la actividad de los fagocitos, unas células inmunitarias que ingieren bacterias, virus y hongos.
Puede favorecer la salud cerebral
Los antioxidantes y flavonoides de las mandarinas pueden proteger contra trastornos cerebrales crónicos de orígenes diversos.
A modo de ejemplo, está documentada su influencia positiva en casos de esquizofrenia y en las enfermedades de Alzheimer y Parkinson.
Consumir mandarinas es bueno para la piel, los huesos y los tejidos conectivos
Añadir mandarinas a la dieta nos ayuda a lucir una piel sana y tersa. Esto ocurre porque la vitamina C es indispensable para la producción de colágeno.
El colágeno es la proteína más abundante en el organismo y no solo es la encargada de proporcionar estructura y fuerza a la piel, sino también a los huesos y tejidos conectivos (tendones y cartílagos).
Comer mandarinas favorece la buena salud cardiovascular
Los antioxidantes y la vitamina C de las mandarinas reducen los factores de riesgo de enfermedades cardiacas. En concreto:
- Disminuyen la presión arterial
- Reducen la agregación plaquetaria
- Mejoran la circulación en los vasos sanguíneos
- Regulan los niveles de triglicéridos y colesterol LDL (malo) en la sangre
La mandarina, una opción para perder peso
Las mandarinas pueden ayudar a perder peso. Esto ocurre porque todos los cítricos, incluidas las mandarinas, son bajas en calorías y aportan muchas fibras insolubles (las que no fermentan en el intestino, como la celulosa y la lignina).
La fibra insoluble interviene de manera positiva en los procesos de pérdida de peso:
- Por un lado, aumenta la sensación de saciedad al ralentizar el tránsito de los alimentos por el tubo digestivo.
- Además, ayuda a reducir el apetito, un factor de gran importancia en cualquier dieta adelgazante.
Cómo perder peso rápidamente con la dieta de la mandarina
La dieta de la mandarina es un plan de pérdida de peso muy rápido y efectivo. Pueden perder hasta cuatro kilos de peso semanales.
Se trata de tomar un buen número de mandarinas durante varios días, acompañando a este fruto con algunos alimentos seleccionados. Por tanto, lo primero que hay que hacer es comprar una buena provisión de mandarinas en una tienda de fruta y verdura.
Y antes de seguir, desechemos el falso mito de que no deben ingerirse conjuntamente leche y productos cítricos. Es una idea que carece de cualquier fundamento científico.
La dieta de la mandarina debe realizarse de la siguiente forma:
- La jornada comienza con una infusión (preferiblemente manzanilla o té verde), una taza de leche desnatada y una o dos mandarinas.
- A media mañana, tomaremos un vaso de zumo de mandarina o comeremos dos mandarinas.
- La comida consistirá en un caldo de verdura o desgrasado y todas las mandarinas que nos apetezca comer, junto con otra infusión.
- A media tarde, tan solo comeremos un yogur desnatado y una mandarina.
- Para merendar, ingerimos una mandarina y 50 gramos de queso desnatado y fresco. Podemos añadir, si lo deseamos, una infusión.
- Y la cena será la que sigue: caldo de verdura o desgrasado y todas las mandarinas que queramos. En esta ocasión, la infusión será relajante (a modo de ejemplo, valeriana o tila).
Precauciones a tomar
La dieta de la mandarina no es, en absoluto, una dieta equilibrada: está diseñada para perder peso muy rápidamente, por lo que no es aconsejable someterse a ella durante periodos muy prolongados.
La idea es hacerla durante una semana y retomarla pasado algún tiempo. Por ejemplo, podemos dejar pasar dos semanas de intervalo para retomarla. De esta forma, en un mes podremos perder hasta 8 kilos sin correr riesgos nutricionales.
Eso sí, en caso de que estemos diagnosticados de alguna enfermedad o estemos a tratamiento con fármacos o hierbas medicinales, es preceptiva la consulta previa a nuestro médico o a un nutricionista titulado.
En el último caso, puede que, tras realizar una evaluación de nuestro peso corporal, estado físico y objetivos concretos de pérdida de peso, el profesional de la dietética nos proponga una dieta alternativa.