Introducir pequeños cambios en nuestros hábitos diarios, suponen un enorme cambio en su conjunto. No se trata de hacer dietas estrictas que una vez acabas no sirven de nada y vuelves al punto de partida, o meterse en un gimnasio durante 3 horas diarias 5 días a la semana. Sigue estos 5 grandes consejos y verás cambios casi instantáneamente.
1. Empieza a prestar atención a ti mismo
Presta atención a cómo te sientes. Observa cómo reacciona tu cuerpo cuando comes ciertos alimentos. Cómo te sientes mientras haces ejercicio, después y durante los tiempos intermedios y de descanso. Cuando prestamos atención a nuestro cuerpo en vez de apresurarnos para hacer las cosas por impulso, empecemos a comer mejor, hagamos más ejercicio y mantenemos una actitud positiva ante la vida y procuramos ser felices, las cosas cambiarán para bien y sufriremos un cambio tremendamente provechoso.
2. Haz ejercicio con otras personas
Está comprobado que cuando hacemos ejercicio con un amigo u otras personas, la rutina es menos aburrida, el tiempo pasa más deprisa y el esfuerzo parece haber sido menor. Es mental, lo que hacemos realmente es romper la rutina compartiendo el esfuerzo físico con otra persona que realiza la misma actividad. Otro beneficio es acudir a eventos grupales de actividades físicas que se suelen celebrar cada cierto tiempo. Una clase de Taichí en el parque por ejemplo. Serás parte de la energía del grupo y podrás conocer gente nueva e interesante que comparten los mismos gustos por el deporte que tú.
3. Reduce el consumo de azúcar
No nos damos cuenta, pero nuestros hábitos de consumo modernos, está lleno de calorías extras y una sobredosis de azúcar diaria de la que el cuerpo realmente no necesita. Haz un autoestudio. Coge una libreta, dibuja un calendario y apunta diariamente todo lo que has ido comiendo durante el día, incluso los antojos sueltos. Empieza el lunes y acaba el fin de semana. El domingo cuando te levantes y hagas tu café resume y analiza todo lo que has comido durante la semana. Sé valiente, elimina todo lo superfluo y si necesitas energía para quemar, la mejor opción, es comer fruta variada de temporada y usar edulcorante que provenga de fuentes vegetales.
4. Inicia una adicción positiva
Se trata de encontrar, un deporte o actividad física que nos motive y guste realmente. Hay muchas modalidades. Elije uno que encaje con tu estilo de vida. La idea es que vayas creando un hábito positivo y que se convierta en una «droga» beneficiosa para tu cuerpo. Pongamos que te decides por el Squash. Verás como al cabo de un mes, el día que no practiques el squash con tu amigo, tu cuerpo te dirá «necesito squash», como si de una droga se tratase. Eso es una adicción positiva.
5. Bebe agua, mucha agua
Pero…. no te ahogues. No somos una ameba, somos personas. El agua es fundamental, somos 70% de agua (75% en el momento de nacer). El agua hidrata nuestro cuerpo y sobre todo nuestros órganos. La media de consumo para un adulto se estima entre 1,9 litros y 2,5 litros de agua al día. Ojo, cada persona es distinta y tiene un metabolismo diferente, depende de si tenemos una fuerte actividad física en nuestro trabajo, si el ambiente es caluroso, como los mediodías sevillanos de agosto o hacemos un esfuerzo físico extra. También es determinante la edad y el sexo. La mujer en época de lactancia, necesita un aporte extra de H2O. Se recomienda que la toma de agua provenga de alimentos sólidos (20-25%) y el resto de ingesta de líquidos.
Resumiendo
Conócete a ti mismo y tu cuerpo, haz actividad física grupal, reduce tu consumo de azúcar, adiccionate a un deporte que te guste y beneficie y por último bebe mucha agua pero de forma inteligente. Si sigues estos pasos verás como tu vida cambia al instante.