Conoce cómo puede afectar la erliquiosis y su tratamiento

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La erliquiosis es un tipo de enfermedad transmitida por picaduras de garrapatas, al igual que la anaplasmosis. La causa de esta enfermedad reside en bacterias de la familia de la Ehrlichia, las cuales se portan a seres humanos y animales a través de estos artrópodos. Dentro de esta especie de insectos, las mayores portadoras de dicha bacteria son la Lone Star y las de patas negras o ‘garrapatas de venados’. Ambas son muy comunes en países del centro-sur y Medio Oeste de Estados Unidos, según los especialistas de Mayo Clinic. 

Causa de la erliquiosis

A menudo, la erliquiosis suele confundirse con la anaplasmosis. El motivo es la similitud entre los síntomas de estas enfermedades y el modo de transmisión. Al igual que sucede con la erliquiosis, la anaplasmosis se contagia a través de las picaduras de garrapatas. Las grandes portadoras de la enfermedad son las garrapatas de venado de Estados Unidos y otras especies propias de Asia y Europa. No obstante, la bacteria causante de la anaplasmosis es diferente a la de la erliquiosis. La primera recibe su nombre de la bacteria anaplasma, la cual es de la misma familia que la bacteria ehrlichia. 

El modo en el que se transmite la enfermedad de la erliquiosis, como hemos comentado, es a través de la picadura de garrapata o Ixodea. Estos parásitos, de la familia Ixodidae, son hematófagos. Por este nombre se conoce a las especies que se alimentan de sangre, ya sea total o parcialmente. Normalmente, las garrapatas se alimentan de aves y mamíferos, como explican desde la Fundación iO. No obstante, también pueden alimentarse de anfibios y reptiles. 

Las garrapatas

Estos insectos miden entre 3 y 8 mm y cuentan con cuatro pares de patas. A lo largo de su vida, pasan por cuatro fases de desarrollo: huevos, larvas, ninfas y adultos. Para alimentarse, las garrapatas incrustan su aparato bucal en la piel del huésped, por medio de sus dientes. Conforme se van alimentando, va aumentando su tamaño, engordando con la sangre que consumen. 

Se clasifican según dos grandes grupos. El primero de ellos corresponde a las garrapatas duras, las cuales succionan la sangre de su huésped hasta que mudan de fase. En el momento en el que esto ocurre, cambian de huésped. 

Por otro lado, las garrapatas blandas únicamente se hospedan en un animal o humano cuando necesitan alimentarse. Así, cambian continuamente de huésped. Es este el motivo por el que las garrapatas blandas suelen ser las mayores culpables de la transmisión de enfermedades. No obstante, las garrapatas duras también representan una amenaza, entrando dentro de esta clasificación la Lone Star y la garrapata de patas negras.

Las garrapatas no solo transmiten la enfermedad de la erliquiosis y la anaplasmosis, sino que son portadoras de varios patógenos, como las bacterias Borrelia sp o Francisella sp, según informan desde la Fundación iO. Además, para transmitir el virus o bacteria no tienen por qué haber estado en contacto directo con el patógeno. Esto se debe a que, si la garrapata hembra era transmisora del patógeno, sus hijos también lo serán.

Erliquiosis

Síntomas de la erliquiosis

En un primer momento, sucede la picadura de la garrapata. Es conveniente recalcar que el huésped puede no ser consciente de dicha picadura, puesto que la garrapata contiene en su saliva componentes anestésicos que alivian el dolor. 

En el momento en el que se percibe la picadura, debe retirarse la garrapata con sumo cuidado y acudir al médico. Este punto es crucial, puesto que los síntomas y la gravedad de la erliquiosis dependerán en gran medida de lo avanzada que esté la enfermedad en el momento del tratamiento.

Por lo general, transcurre un periodo aproximado de 14 días desde el instante en el que se produce la picadura hasta que se empiezan a presentar los primeros síntomas. La sintomatología de la erliquiosis es similar a la de la gripe, lo que puede generar confusión en la persona afectada. Los síntomas van desde la fiebre hasta las náuseas, pasando por el dolor de cabeza, los dolores musculares, la diarrea, malestar y, raramente, el riesgo de muerte.

Tratamiento de la erliquiosis 

A la hora de acudir al especialista, éste realizará una serie de pruebas. Entre ellas, son comunes la medición de la presión arterial, de la temperatura y de la frecuencia cardiaca. El médico también puede optar por realizar un hemograma o una tinción de granulocitos, según informa la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

Una vez el especialista confirme la presencia de erliquiosis, comenzará el tratamiento para tratar dicha enfermedad. Este consiste en la toma de antibióticos, normalmente tetraciclina y doxiciclina. En aquellos casos en los que la persona no pueda tomar ninguno de los antibióticos mencionados, el procedimiento suele consistir en sustituirlos por rifampina.

Una de las grandes problemáticas que se presenta en el tratamiento es cuando la enfermedad se da en niños a los que no les hayan salido todos los dientes, puesto que los medicamentos mencionados pueden alterar el color de los dientes en su fase de crecimiento.

Más allá de todo lo mencionado, la erliquiosis es fácil de tratar y el paciente suele mejorar entre las 24 y las 48 horas posteriores al comienzo de la medicación. En algunos casos, la recuperación se da pasadas las 3 primeras semanas.

¿Cómo prevenir la erliquiosis?

En primer lugar, en el caso de que convivas con animales, como perros o gatos, es importante que los mantengas vigilados. Para ello, examina cada cierto tiempo la piel de tu mascota, hurgando entre el pelo. Además, te recomendamos que compres un collar antigarrapata, puesto que son realmente eficaces. 

Por otro lado, si vives en un casa con jardín o en el campo, es deseable que mantengas a ralla las hierbas altas y la maleza. 

En el caso de que no tengas mascotas ni se dé ninguna de las anteriores situaciones mencionadas, también puedes correr el riesgo de que te transmitan la enfermedad. Los lugares que implican un riesgo mayor son los jardines, parques o bosques. Si vas a acudir a este tipo de sitio, puedes prevenir la picadura de garrapata utilizando un repelente. Para lograr una mayor protección, rocía tu ropa y objetos personales con repelentes específicamente diseñados para ello. Por otro lado, usa un repelente para la piel que quede expuesta.

Además, también es aconsejable que elijas colores claros a la hora de vestirte. De este modo, podrás darte cuenta facilmente de si tienes garrapatas. También es conveniente que utilices un calzado cerrado y que dejes al descubierto el mínimo porcentaje de piel posible. Cuando estés de vuelta, date una ducha rápida y obsérvate con atención, sobre todo en las partes del cuerpo en las que hay vello o pelo. 

Si haces todo lo que te comentamos, podrás prevenir en mayor medida la picadura de garrapata y, de este modo, la erliquiosis.

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