Ser trabajador es uno de los valores más comúnmente impartidos en las familias, ya que el trabajo duro suele equivaler a dinero, bienes, servicios y calidad de vida.
Ciertamente, el trabajo duro puede ser bien recompensado en lo monetario, incluso puede ser favorable para la moral y la autoestima. Pero entonces ¿qué pasa con quienes trabajan de manera inteligente?
Trabajar duro no siempre está ligado a trabajar con inteligencia. Si quieres aumentar tu productividad sin aplicar más esfuerzo del que deberías, existen ciertos cambios deben realizarse.
5 maneras probadas de aumentar tu productividad
1. Limita tu lista de quehaceres
La creencia común haría pensar a cualquiera que hacer más cosas durante el día significa directamente mayor productividad. Sin embargo, limitar tu lista de quehaceres y priorizar ciertas metas por sobre otras secundarias puede reducir considerablemente el agotamiento y la ansiedad tan distintiva de trabajo.
Este simple cambio puede mejorar el sueño y finalmente, la calidad de vida.
2. Valora tus resultados, no el tiempo
No evalúes tu rendimiento por la cantidad de tiempo que dures en completar tus asignaciones, sino en cuáles realmente finalizas. Si adoptas esta práctica, verás cambios muy notables en la manera en que trabajas y comenzarás a dividir tus tareas en secciones más pequeñas pero realizables, en vez de estresarte con el calendario.
También, haz una lista de las cosas que completaste durante el día: te sorprenderás de lo productivo que puedes llegar a ser.
3. Crea hábitos que aumenten tu productividad
Muchas personas procrastinan excesivamente antes de comenzar su trabajo, lo cual implica una pérdida de tiempo y, a veces, también de dinero.
Una de las mejores maneras para acabar con malos hábitos que impiden alcanzar la productividad que tanto quieres es simplemente cambiarlos por buenos hábitos que te ayuden a comenzar a trabajar.
Si creas una rutina previa al comienzo de tus tareas tu cerebro se acostumbrará y le dirá a tu organismo que es hora de trabajar. También puedes valerte de otras tácticas como apagar tu teléfono, estirarte, sentarte en frente de tu escritorio e incluso tomar una merienda saludable.
4. Identifica los momentos en los que pierdes tiempo
Si empleas esta simple actividad, notarás cuánto tiempo podrías estar perdiendo en la mañana antes de comenzar el trabajo o durante la tarde cuando te tomas un supueso breve descanso.
Busca patrones de procrastinación y añade esos momentos en tu rutina de manera en que no afecten tu productividad. Por ejemplo, si pasas mucho tiempo viendo las publicaciones de tus amigos en las redes, puedes hacerlo sin problema alguno durante el tiempo en el que tomas tu taza de café, y así no será un impedimento en tu productividad.
5. Toma breves descansos
Uno de los elementos más preciados al momento de trabajar es la energía, y a veces preservarla es increíblemente difícil.
Por más paradójico que suene, si te tomas más tiempo para descansar, estarás más enérgico y productivo. lo que en consecuencia te hará trabajar mejor.
El tiempo que tu cerebro es capaz de mantenerse atento es de 90 minutos, luego de esto necesitarías al menos 15 minutos de descanso. Entonces, cambia tu rutina de trabajo y toma descansos de 15 a 20 minutos si quieres rendir durante el día.
Conclusión
A veces trabajar duro no significa trabajar mejor. Trabajar con inteligencia significa no extralimitar tus capacidades humanas, valorar el tiempo de descanso y combatir la procrastinación al añadirla a tu rutina. Por lo tanto, es posible trabajar mejor y ser más productivo sin que esto afecte tu salud ni tu calidad de vida.
Referencias
- Harden, J. Want to Work Smarter, Not Harder? 10 Scientifically Proven Ways to Be Incredibly Productive. Para Inc [Revisado en noviembre de 2017].