Si la natación no es tu primera opción a la hora de elegir un deporte que te ponga a tono, es porque seguramente no conoces los muchos beneficios que te puede ofrecer.
Los nadadores bien preparados suelen quemar hasta 400 calorías en una hora a la vez que estimulan su metabolismo, sin necesidad de someter sus músculos a un estrés excesivo o sufrir bajo gotas y gotas de sudor interminable.
Si aún no estás convencido, piensa tan solo en lo sencillo que es practicar natación. Un gorro, unas gafas de natación y un traje de baño cómodo son elementos más que suficientes para practicar este deporte completo con total comodidad.
Pero antes de correr a buscar la piscina más cercana, sería útil detenerse a considerar algunos de los errores más comunes que cometen los nadadores principiantes.
8 errores que cometen los nadadores principiantes
1. Aguantar la respiración mientras nadan
Probablemente el primer error de todo nadador principiante sea el de aguantar la respiración mientras se desplaza a través del agua por miedo a ahogarse o a disminuir su rendimiento.
Este es un error básico que se puede evidenciar con un poco de lógica: Si estuvieras fuera del agua, corriendo una maratón, ¿aguantarías la respiración por varios tramos?
Nadar es una actividad tan agotadora como cualquier otra que implique cardio y resistencia, y mantener un continuo flujo de oxígeno es el mejor combustible de que nos podemos valer. Suprimirlo, por tanto, es poco menos que contraproducente.
1.1 ¿Cómo evitar aguantar la respiración mientras nadamos?
Un primer paso puede ser practicar en tierra firme antes de lanzarte a nadar. Toma una buena cantidad de aire inhalando con tu boca, y luego suéltalo lentamente por la nariz, dejando escapar a la vez un ligero zumbido.
Soplar ligeramente mientras respiras te obliga a hacerlo lentamente, manteniendo un ritmo constante, asegurando un flujo continuo de oxígeno hacia tus pulmones, lo que contribuye a mantener la resistencia durante tu sesión en el agua.
Otro método puede ser exhalar dentro del agua mientras nadas. De nuevo, sueltas el aire por la nariz, y una vez que éste se acabe, asomas la cara hacia el lado y hacia afuera para buscar más, inhalando por la boca. La presión del aire te ayudará a exhalar lentamente, logrando el objetivo deseado de mantener un buen ritmo.
2. Sacar la cabeza del agua para respirar
Podrá sonar un poco incomprensible o sin sentido, pero no es necesario sacar completamente la cabeza del agua para respirar.
Cuando elevamos demasiado el cuello para sacar la cara del agua, realizamos un movimiento innecesario que representa una desventaja para los nadadores: elevamos el cuello, las caderas bajan, y se pierde la postura de desplazamiento adecuada.
2.1 Cómo evitar sacar la cabeza del agua para respirar
En vez de intentar sacar la cara del agua, visualiza un movimiento de rotación menos esforzado. Una buena técnica es concentrarse en mantener el mentón plegado y apoyado sobre el cuello, de modo que cuando te haga falta aire, solo necesites girar la cara hacia el lado del brazo que se encuentre fuera del agua, tomando en ese momento una bocanada de aire.
3. Hundir demasiado las caderas
Este es un error típico de los nadadores principiantes y uno de los más contraproducentes. Hundir demasiado las caderas aumenta la presión del agua sobre el cuerpo, y a más presión menos velocidad, lo que equivale a ir más lento y con mucho más esfuerzo del que necesitarías si permanecieras flotando recto sobre el agua, apenas hundiendo un poco los pies para avanzar.
3.1 Cómo evitar hundir las caderas mientras nadamos
Si bien hacerte consciente del error y persistir en la práctica correcta del movimiento ya es un buen primer paso, una recomendación útil es que adquieras un snorkel de nadador o tuba. Esto te permite obviar un poco el proceso de la respiración, dejando de lado el reflejo de alzar demasiado los hombros, con lo que tu cuerpo se adecuará más fácilmente a elevar la parte baja.
4. Mantener las caderas demasiado tensas
Este error proviene de creer que las piernas y los brazos son los únicos miembros útiles de tu cuerpo que inciden en tu propulsión al nadar. La mayoría de nadadores principiantes dejan de lado la rotación de las caderas, y si consideramos que son éstas las que conectan e impulsan la parte inferior y superior del cuerpo, está claro que este error debe ser resuelto a la mayor brevedad.
4.1 Cómo evitar tensionar las caderas mientras nadamos
Empieza haciendo ejercicios de visualización al nadar, proyectando que tus caderas y músculos de tu abdomen giren con cada brazada que das, como si quisieran acercarse a las paredes de la piscina.
En tanto la práctica se acaba convirtiendo en hábito, puedes ayudarte haciendo largos sobre tu costado, manteniendo el brazo que esté bajo del agua extendido sobre la cabeza y pateando hacia el lado opuesto de la piscina.
5. Mantener los dedos de los pies en punta
Mantener los dedos de los pies estirados en punta mientras nadas es un error que resta velocidad y genera dolor a mediano plazo. Esta posición inhibe a tus tobillos de rotar libremente, y unos tobillos que no roten no generan el desplazamiento adecuado.
5.1 Cómo evitar poner los dedos de los pies en punta mientras nadamos
Practica enroscando los dedos, como si fueras a usarlos para recoger una moneda del suelo. Esto ayuda a liberar los talones en tanto vas aprendiendo a relajar la tensión y dejar que éstos giren libremente.
6. Apoyarse demasiado en la parte superior del cuerpo
Aún de manera inconsciente, muchos nadadores principiantes cometen el error de creer que nadar es algo enteramente de la parte superior del cuerpo. Sin embargo, nadar es un ejercicio que involucra el cuerpo entero, y si te apoyas demasiado en la parte superior sobrecargas los músculos de los brazos y espalda, sin mencionar que no lograrás un desplazamiento verdaderamente eficaz.
6.1 Cómo evitar apoyarnos solamente con el torso cuando nadamos
Presta atención al equilibrio de tu cuerpo: hombros, músculos del abdomen y piernas, recordando que cada parte cumple una labor: los brazos te ayudan a impulsarte en el agua, las caderas sirven para rotar y las piernas te harán obtener flotación y velocidad.
Si sientes que una parte del cuerpo está trabajando más que la otra mientras nadas, compénsalo haciéndote consciente de ello, por ejemplo, usando una tabla flotadora para realizar ejercicios de impulso y equilibrio que te estabilicen.
7. No terminar las brazadas
Es común entre nadadores principiantes querer abarcar más de la cuenta, precipitándose por lograr más brazadas en menos tiempo, dejando de lado la calidad misma de cada brazada individual que realizan. Esto es a todas luces contraproducente, pues deja incompleto el ejercicio.
7.1 Cómo evitar no terminar las brazadas cuando nadamos
Una lección básica de disciplina sería terminar todo lo que empieces. No obstante, algunos ejercicios de visualización pueden ser útiles. Por ejemplo: imaginar que tu antebrazo es una especie de remo. Concéntrate en el movimiento, sintiendo el impulso que se genera desde la mano y el codo cuando entran al agua, hasta que se extienden sobre tus caderas. Finalmente lograrás generar el movimiento de un modo natural.
8. Nadar a un ritmo muy lento prolongadamente
Cuando eres principiante, nadar a un ritmo lento no sólo es comprensible, sino también recomendable. El error surge cuando este hábito se prolonga demasiado. Un nadador que no asume nuevos retos contra el reloj acaba volviéndose perezoso, pues ya no hay reto ni novedad en su ejercicio, sino un esfuerzo tedioso por lograr un recorrido.
8.1 Cómo evitar nadar muy lentamente
Comienza a incorporar ejercicios cortos de velocidad. Hacer esto es mucho mejor, en términos de salud y habilidad, que permanecer con ejercicios lentos durante mucho tiempo. Otro método puede ser optar, al menos unas dos o tres veces por semana, por nadar contrarreloj y no contra la distancia.
Referencia
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Samantha Lefave. 8 Beginner Swimming Mistakes (And How to Fix Them). Para Daily Burn. [Revisado en junio de 2016]