Hoy en día vivimos en una sociedad consumista, de la cual la industria alimentaria se ha aprovechado, y en la que tenemos acceso a infinidad de «alimentos». Muchos de estos contienen sustancias que son desconocidas para nuestra microbiota intestinal afectando negativamente a su estado. Ésto, se ha confirmado, puede aumentar el riesgo en enfermedades de corazón, depresión y Alzheimer.
Nuestro sistema digestivo es más importante de lo que crees y, de hecho, se le considera como el segundo cerebro. Dentro, tenemos viviendo millones de bacterias que necesitamos para proteger nuestro sistema inmune, pero también tenemos bacterias que pueden ser perjudiciales -tenemos más genoma bacteriano que humano-. Además, la radicalización de evitar las bacterias en todos los alimentos anula el efecto protector de las bacterias buenas. Al final es cuestión de «entrenar» a las bacterias buenas y evitar las bacterias «malas». ¿Cómo podemos hacer ésto? Principalmente a través de lo que comemos.
3 alimentos que afectan negativamente la flora intestinal
1. Ciertas carnes y aves
Casi siempre importa más la calidad del producto que el producto en sí. En este sentido, mucha de la carne y de las aves que compramos sufren la radicalización de la que hablaba antes. Se le administra antibióticos para tratar ciertas enfermedades en las granjas -muchas veces debido al hacinamiento-, o incluso para aumentar el crecimiento o el peso de los animales. Estas sustancias, después, se encuentran en la carne que comemos y se ha probado que el consumo de antibióticos cuando no es necesario puede afectar seriamente a nuestra microbiota intestinal (1).
Lógicamente, la carne procesada no se libra. Además de lo ya expuesto, a estos productos se añaden aditivos alimentarios, emulsionantes, potenciadores de sabor, conservantes y un largo etc. Esto es una bomba ya que perjudica el estado de nuestra flora intestinal provocando, por ejemplo, un estado inflamatorio, entre otras muchas consecuencias.
¿Existe alternativa? Comprar productos orgánicos o que no hayan sido tratados es un gran opción. Aunque ésto sea más caro para tu cartera, tu salud probablemente te lo agradecerá. Si no ves esto factible, trata de no abusar de las carnes y come vegetales más frecuentemente. Por supuesto, no se te pase por la cabeza comprar carnes envasadas o procesadas.
2. Edulcorantes artificiales
Ni eran, ni son la panacea. Cierto es que aunque no tienen apenas calorías y tienen la capacidad de endulzar, también producen alteraciones metabólicas que afectan negativamente a nuestro sistema bacteriano y esto se ha demostrado que puede provocar intolerancia a la glucosa, inflamación y el comienzo hacia el peligro del síndrome metabólico, entre otras enfermedades (2).
¿Entonces el azúcar es mejor? Pues no. ¿Sabías que las células «malas» cómo por ejemplo las cancerígenas se alimenta de azúcares? Una alimentación alta en azúcares, que es lo habitual hoy en día, va a afectar a tu microbiota intestinal.
¿Y cómo endulzo mi café? Y ¿por qué tienes que endulzar tu café? Nos hemos habituado a comer demasiado dulce y hemos desvirtuado el gusto, por lo que trata de ir poco a poco cambiando esto. Esta es la mejor solución.
3. La soja
Si eres vegetariano o vegano, seguramente habrás visto que puedes encontrar todo tipo de alimentos con soja, por ejemplo, las salchichas de soja. Productos como estos han sido genéticamente modificados y no van a ayudar a mantener una buena flora intestinal. Un claro ejemplo es el contenido de ácido fítico que éstos contienen y que altera la digestión, además de provocar hinchazón, gases y sensación de malestar. No obstante, este campo de investigación aún tiene un gran vacío por descubrir.
Conclusión
Nuestra vida ajetreada, la falta de conciencia y la carencia de educación nutricional hacen que olvidemos uno de los pilares básicos de la salud, la nutrición. Si tienes problemas digestivos, estos consejos te van a ayudar, pero no olvides acudir a un especialista. Es importante tener la mente abierta al cambio, la industria alimentaria no piensa en tu salud, piensa en sus ganancias. Presta atención a qué comer y esto beneficiará tu salud, tu vida y tu felicidad. «Qué no estés enfermo no quiere decir que estés saludable».
Referencias
- Perez-Cobas. Gosalbes, M.J. Friedrichs, A. Knecht, H. Artacho, A. Eismann, K. Otto, W. Rojo, D. Bargiela, R. von Bergen, M. Neulinger, S. Daumer, C. Heinsen, C. Latorre, A. Barbas, A. Seifert, J. Dos Santos, M. Ott, S. Ferrer, M. y Moya, A. (2013) Gut microbiota disturbance during antibiotic therapy: a multi-omic approach. Gut Microbiota, 62:1591-1601.
- Suez, J. Korem, T. Zeevi, D. Zilberman-Schapira, G. Christoph, A. Maza, O. Israeli, D. Zmora, N. Gilad, S. Weinberger, A. Kuperman, Y. Harmelin, A. Kolodkin-Gal, I. Shapiro, H. Halpern, Z. Segal, E. y Elinav, E. (2014). Artificial sweetener induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Nature.
