La clementina, una fruta que nació a partir de la combinación de mandarinas y naranjas dulces, es un increíble alimento para incluir en tu dieta, siempre y cuando sepas cómo adaptarla a tu plan de comidas y necesidades.
Este alimentos puede brindar grandes ventajas en tu salud, ya que un régimen de comidas variado en vegetales y frutas es la clave para cualquier tipo de cambio, incluido la pérdida de peso.
Gracias a su origen, las clementinas son una fuente rica en vitamina C y antioxidantes, convirtiéndola en una excelente opción tanto para niños como adultos. Sin embargo, su contenido puede interactuar de forma incorrecta con ciertos tipos de medicamentos. Por ello es esencial saber más sobre las clementinas, sus beneficios y cómo disfrutarlas.
¿Cuál es el valor nutricional de las clementinas?
Si todavía no conoces esta fruta, debes saber que se trata de un cítrico pequeño, del tamaño de una pelota de golf, con una gran proporción de agua en su interior. Por esta razón, existen una variedad de vitaminas y minerales que pueden obtenerse de ella.
Tan solo una clementina de 74 gramos contiene:
- Calorías: 35
- Proteínas: 1 gramo
- Grasas: 0 gramos
- Fibra: 1 gramo
- Vitamina C: 40% del valor diario
- Folato: 5% del valor diario
- Tiamina: 5% del valor diario
Como podemos notar, las clementinas aportan una gran cantidad de vitamina C. Los expertos aseguran que esta funciona como un poderoso antioxidante y, además, refuerza el sistema inmunológico para prevenir el daño celular proveniente de los radicales libres (Carr y Maggini, 2017).
Por otra parte, diversos estudios han comprobado que el folato y la tiamina en las clementinas dan soporte a diferentes funciones del cuerpo, incluyendo la prevención de la anemia y la promoción de un metabolismo saludable (Ebara, 2017).
4 beneficios de las clementinas
1. Es una fruta rica en antioxidantes
Como hemos descrito anteriormente, los antioxidantes que proveen las clementinas tienen la capacidad de reducir la inflamación y prevenir el daño celular a causa de radicales libres. Pero eso no es todo, también pueden prevenir la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y otras condiciones.
Aunque existe un predominio de vitamina C en las clementinas, estas también contienen otros antioxidantes cítricos, entre ellos hesperidina, narirutina y betacaroteno. Este último es un precursor de la vitamina A, y según los investigadores promueve el crecimiento de células saludables y el metabolismo del azúcar (Huang, Weinsten, Yu, Männistö y Albanes, 2018).
2. Puede promover la salud de la piel
Gracias a la vitamina C, la cual ayuda a la síntesis de colágeno, la salud de la piel también recibe beneficios de este poderoso antioxidante, obteniendo una mejoría en su firmeza y estructura general. Esto quiere decir que con un consumo correcto de clementinas se puede lograr tener un nivel saludable de colágeno, el cual hará que la piel se vea más saludable y sin tantas arrugas. Además, este componente puede ayudar a prevenir la aparición de acné, rojeces y decoloración en la piel.
3. Puede aumentar tu consumo de fibra
Una clementina posee 1 gramo de fibra, por lo que disfrutar de varias de ellas a diario no es una mala idea para promover tu consumo de fibra.
Las ventajas de hacerlo es que la fibra sirve de alimento para las bacterias intestinales buenas. Otro beneficio es una mejoría en la constipación del vientre, lo cual también puede prevenir una enfermedad en los divertículos, la cual se produce cuando la comida digerida queda atrapada en los pólipos del tracto digestivo.
Asimismo, la fibra de las frutas ha sido relacionada con una menor posibilidad de obtener diabetes tipo 2, y un mayor consumo de la misma está asociado con la pérdida de peso.
4. Promueve hábitos saludables en los niños
Normalmente, los niños no eligen las comidas saludables, pero en este caso lo harán ya que las clementinas son perfectas para ellos debido a su tamaño pequeño, su facilidad para pelarlas y la carencia de semillas que puedan interferir al comerlas.
Este tipo de hábitos son esenciales para que los niños los adopten a una edad temprana, adaptándose a una dieta saludable y variada para evitar cualquier tipo de complicaciones en el crecimiento y futuro desarrollo.
Inconvenientes de las clementinas
Algunas investigaciones han descubierto que las clementinas contienen furanocumarinas, un componente que interactúa e interfiere con algunos medicamentos cardíacos (Dugrand et al., 2013).
Básicamente, las furanocumarinas tienen la capacidad de fortalecer las estatinas que reducen el colesterol y causar graves complicaciones en la salud. Debido a esta razón, si eres una persona que consume estatinas la mejor recomendación es limitar tu ingesta de clementinas.
Sin embargo, otros tipos de medicamentos pueden verse perjudicados por esta fruta. Por ello lo mejor es consultar con tu médico de confianza para saber con seguridad los potenciales riesgos de combinar clementinas con medicamentos.
¿Cómo comer una clementina?
Te brindamos una simple guía para comer correctamente una clementina:
- Coge una clementina con una mano y pélala desde arriba hacia abajo. La cáscara debería soltarse fácilmente en 1 o 2 pedazos grandes.
- Cuando la fruta esté sin piel, separarla en secciones. En caso de que tenga semillas, quitarlas antes de dárselas a un niño.
- También puedes utilizarlas para complementar una ensalada o simplemente como un snack saludable.
- Una clementina es suficiente para un niño, pero la porción estándar son 2 clementinas por persona.
Referencias
- Carr, A. C. y Maggini, S. (2017). Vitamin C and Immune Function. Nutrients. doi: 10.3390/nu9111211.
- Dugrand, A., Olry, A., Duval, T., Hehn, A., Froelicher, Y. y Bourgaud, F. (2013). Coumarin and furanocoumarin quantitation in citrus peel via ultraperformance liquid chromatography coupled with mass spectrometry (UPLC-MS). Journal of agricultural and food chemistry. doi: 10.1021/jf402763t
- Ebara, S. (2017). Nutritional role of folate. Congenital anomalies. doi: 10.1111/cga.12233
- Huang, J., Weinstein, S. J., Yu, K., Männistö, S. y Albanes, D. (2018). Serum Beta Carotene and Overall and Cause-Specific Mortality. Circulation research. doi: 10.1161/CIRCRESAHA.118.313409