Tanto el azúcar de remolacha como el azúcar de caña se encuentran en una gran variedad de alimentos procesados, dulces, productos horneados y diferentes tipos de bebidas. Sin embargo, varias distinciones distinguen estos dos tipos comunes de azúcares.
¿Quieres conocer cuál es la mejor opción para tu salud? Descubre los beneficios y contras que pueden brindarte tanto el azúcar de remolacha como el azúcar de caña. De esta forma, podrás preparar bebidas y comidas con la opción de tu preferencia.
¿Qué es el azúcar de remolacha?
El azúcar de remolacha procede de la planta de remolacha azucarera, un vegetal de raíz estrechamente relacionado con la remolacha y la acelga.
Junto con la caña de azúcar, la remolacha azucarera se encuentra entre las plantas más comunes utilizadas en la producción de azúcar blanco. También se utilizan para producir otros tipos de azúcar refinada, como el azúcar moreno y la melaza.
Diferencias de producción entre el azúcar de remolacha y de caña
Azúcar de remolacha
Una de las mayores diferencias que encontramos entre el azúcar de remolacha y el de caña es su producción.
El azúcar de remolacha se elabora mediante un proceso que consiste en rebanar finamente la remolacha azucarera para extraer el jugo de azúcar natural. Luego, el jugo obtenido de la planta se purifica y se calienta para crear un jarabe concentrado, el cuál es utilizado para crear el azúcar granulado.
2.2 Azúcar de caña
El azúcar de caña se fabrica utilizando un método similar al de la azúcar de remolacha, pero en ocasiones se procesa con hueso, ingrediente que se obtiene al quemar los huesos de los animales y que ayuda a a blanquear y filtrar el azúcar blanco. (Singh et al., 2011).
Diferencias entre azúcar de remolacha y de caña
Aunque el azúcar de remolacha y el azúcar de caña son similares en términos nutritivos, ambos pueden funcionar de forma diferente en las recetas. Esto se debe a las diferencias en cuanto al sabor, que pueden afectar la forma en que los tipos de azúcar cambien el sabor en el plato que desean preparar.
El azúcar de remolacha tiene un aroma terroso, oxidado y un gusto a azúcar quemado, mientras que el azúcar de caña se caracteriza por un sabor más dulce y un aroma más afrutado. (Urbanus et al., 2014).
Los expertos en cocina dicen que el azúcar de caña se carameliza de forma más fácil y da como resultado un producto más uniforme que el azúcar de remolacha; mientras que el azúcar de remolacha tiene una textura más crujiente y funciona mejor en algunos alimentos horneados.
Contraindicaciones del azúcar de remolacha y de caña
Consumir altas cantidades de azúcar de remolacha o de caña puede contribuir al aumento de peso y al desarrollo de enfermedades crónicas, como diabetes, enfermedades cardíacas y problemas hepáticos.
(Rippe y Angelopoulos, 2016).
Organizaciones de salud como la American Heart Association, recomiendan limitar el consumo de azúcares, como mucho, a 24 gramos de azúcar por día para las mujeres y 36 gramos de azúcar por día para los hombres.
¿El azúcar puede estar modificada genéticamente?
Muchas personas prefieren el azúcar de caña por encima del azúcar de remolacha, por motivos de preocupación por si el azúcar está modificado genéticamente.
En Estados Unidos, se estima que aproximadamente el 95% de las remolachas azucareras están modificadas genéticamente. (Bawa y Anilakumar, 2013).En cambio, toda la caña de azúcar que se encuentra en territorio estadounidense se considera libre de modificaciones genéticas.
Algunos estudios en animales han encontrado que el consumo de OGM (Organismos Modificados Genéticamente) puede causar efectos tóxicos en el hígado, riñón, páncreas y sistema reproductivo; mientras que la investigación sobre los efectos en los seres humanos todavía es limitada. (Dona y Arvanitoyannis, 2009).
Conclusión
El azúcar es uno de los productos alimenticios más utilizados en el mundo. Sirve para diferentes cometidos, entre ellas la preparación de alimentos y dulces de cualquier tipo.
¿Azúcar de remolacha o azúcar de caña? Al final tu serás quien decida cual de las dos es mejor.
Referencias
- Bawa, A. y Anilakumar, K. (2013). Genetically modified foods: safety, risks and public concerns—a review. National Library of Medicine National Institutes of Health. doi: 10.1007/s13197-012-0899-1
- Dona, A. y Arvanitoyannis, I. (2009). Health risks of genetically modified foods. National Library of Medicine National Institutes of Health. doi: 10.1080/10408390701855993
- Rippe, J. y Angelopoulos, T. (2016). Relationship between Added Sugars Consumption and Chronic Disease Risk Factors: Current Understanding. National Library of Medicine National Institutes of Health. doi: 10.3390/nu8110697
- Singh, K., Bharose, R., Singh, V. y Sudhir Kumar Verma. (2014). Sugar Decolorization through Selective Adsorption onto Functionalized Accurel Hydrophobic Polymeric Support. Industrial & Engineering Chemistry Research. doi: 10.1021/ie200501p
- Urbanus, B., Cox, G., Eklund, E., Ickes, C., Schmidt, S. y Lee, S. (2014). Sensory differences between beet and cane sugar sources. National Library of Medicine National Institutes of Health. doi:
10.1111/1750-3841.12558