Correr es una de las actividades físicas más completas que existen. Además de ser una actividad sencilla, en la que no necesitamos pagar nada ni ningún utensilio especial, la práctica de correr nos trae innumerables beneficios a nuestra salud física y mental.
Cuando corremos, ejercitamos gran parte de nuestro cuerpo, aunque seamos poco conscientes de ello. Correr media hora por día puede ayudarnos no solo a bajar de peso, sino también, a relajarnos y liberar el estrés, que es una de las causas de las enfermedades.
Lo que no solemos conocer tanto son los tipos de contracción muscular que realizamos cuando llevamos a cabo esta poderosa actividad. Descubre de que manera puedes ejercitar tu musculatura mientras corres.
Concéntrica y Excéntrica
La contracción muscular permite activar la interacción de los filamentos de la actina y la miosina dentro de cada una de las células musculares de nuestro cuerpo. El resultado de esta contracción, en lo que refiere al acortamiento de un músculo, se le denomina contracción concéntrica. Por otra parte, cuando se alarga nuestro músculo debido al estrés provocado, se le conoce como contracción excéntrica.
La contracción concéntrica cuando corremos
Cuando corremos, la acción que realizamos de levantar el muslo y flexionar la rodilla, implican contracciones concéntricasde muchos de los músculos de la cadera y de la rodilla. Esto nos permite una contracción que luego derivará en relajación, y hará que nuestros músculos trabajen de manera simultánea.
La contracción excéntrica cuando corremos
Este tipo de contracciones excéntricas, se producen, generalmente, cuando tenemos desafíos como aquellas carreras que son cuesta abajo. Cuando corremos en bajada, el cuádriceps se contrae como la rodilla y comienza a doblarse contra el suelo, para evitar que tu rodilla se doble demasiado. Debemos tener especial atención en este tipo de maniobras, para evitar dañarnos muscularmente.
La contracción rápida y la contracción lenta
Las contracciones lentas y rápidas varían en función del tipo de fibra que se contraiga en cada movimiento. Cuando corremos lento, se contraen las fibras lentas que responden a este tipo de movimiento. En cambio, cuando corremos más rápido, se contraen aquellas fibras rápidas, que están diseñadas para este tipo de movimientos.
Conclusión
Las contracciones que hemos mencionado se producen cada vez que corremos Por supuesto que van a variar en función de la velocidad y la intensidad con la cual las practiquemos. Pero de algo estamos seguros: correr implica un esfuerzo muscular grande, por lo tanto, debemos tomar precauciones y realizar el calentamiento adecuado.
Además, debemos recordar estirar antes y después de la práctica, para evitar lesiones y dificultades. Ante la más mínima molestia, debemos recurrir a un especialista para que nos ayude a ver como podemos mejorar nuestra postura al correr, para evitar este tipo de beneficios.
Por último, para evitar muchas lesiones, es necesario entrenar bien nuestras piernas. Una pierna que está trabajada con pesas de todo tipo, es menos proclive a lesiones musculares o fatigas que una que no lo está. Por eso siempre ten en cuenta este tipo de cosas que agregan un plus a todos tus ejercicios.